por Llega una de las citas claves e ineludibles del calendario
Sin descanso después del largo parón por la inoperancia de PSN y cuando aún hablamos del Gran Premio de España, nos encontramos de golpe con el tortuoso, lento, estrecho y difícil circuito urbano de Mónaco, el cual es considerado como uno de los más complejos de trazar, además de ser uno de los más peligrosos.
La cita con el trazado más esperado por todos es, sin ninguna duda, el reto más difícil al que se enfrentan los pilotos de CGC en todo el calendario. Los pilotos sentirán la temible compañía de los guardarraíles a escasos centímetros de sus ruedas en unos carriles tan estrechos que propician carreras en fila india. Pero justamente ahí reside el encanto y el reto de correr y vencer en Mónaco. Todo el glamour que lo acompaña a su alrededor es meramente accesorio. El lujo es ganar en Mónaco y el hecho de salir indemne de los amenazantes guardarraíles que cercan el perímetro del circuito para acabar con una buena ducha de champán no tiene precio.
La puesta a punto de los coches es la más singular de entre todas las demás pruebas de la temporada. La altura de las suspensiones es la más alta con diferencia, en pos de poder salvar los bajos del monoplaza de los rápidos y agresivos cambios de nivel y de los numerosos baches que se encuentran entre Casino y Mirabeau, en la bajada lenta que acaba en la curva cerrada de Loewe’s o en el desnivel con salida ciega de La Rascasse en medio de una subida. Será vital disponer del máximo agarre mecánico para tener la máxima tracción con los alerones regulados prácticamente al máximo, de tal modo que la carga aerodinámica sea la mayor posible. Sin embargo, por muchos setups y configuraciones que se apliquen, si en carrera el piloto no tiene el coco a punto y se desconcentra lo más mínimo, Mónaco acaba cobrándose con rapidez aquellas víctimas más débiles. Sí, señores, en Mónaco, el factor psicológico es más importante que nunca.
Los adelantamientos en este peculiar trazado son realmente una quimera. Donde se suelen producir esporádicamernte es en la frenada de entrada a la chicane después del túnel, aprovechando la mini-recta en bajada al salir del túnel. A final de la recta principal, en Ste. Dévote, también se puede intentar el adelantamiento, aunque esperan las protecciones en caso de medir mal la frenada.
Aquí no importa en exceso la velocidad punta, aunque tras la pasada por el túnel con los críticos cambios de luz al entrar y salir de él los monoplazas rebasarán por poco los 300 km/h. Por cierto, salir desde la pole y arrancar bien, ya es una garantía para salvarse de la posible melé inicial en Santa Devota, la primera curva del circuito en la que todo el mundo quiere entrar primero.
El circuito más corto y estrecho de la temporada de Fórmula siempre es una de las citas claves e ineludibles del calendario. Y es que por las calles de Mónaco raro es el año que no se termina celebrando una carrera vibrante y emocionante, aunque lo más trágico y grandioso al mismo tiempo es que para unos representará el cielo y para otros un auténtico infierno.
¡Mucha suerte a todos los pilotos!
